- Contador está optimista con el proyecto de Riis
Tiene el derecho de buscar el mejor ambiente para su desarrollo profesional, pero Alberto Contador no le dio la suficiente oportunidad de madurar a un cambiante grupo Astana con quien ganó dos Tour de France y un Giro de Italia. Una escuadra profesional que peleó desesperadamente por sobrevivir tras la decepción de su líder y en parte creador Alexandre Vinokourov y cuyo objetivo, como el de las otras escuadras Pro Tour, es la de desarrollar no solo triunfadores sino leyendas del deporte internacional y nacional.
Como muchos otros equipos que han padecido la falta de recursos para su permanencia en el circuito, el Astana llegó a estar al borde de la eliminación cuando bajo la tutela de Johan Bruyneel le fue negada la entrada al Tour de 2008 y más tarde se quedó sin fondos para pagarles a sus corredores un año después.
Cierto que el equipo se benefició de la presencia de Contador para renovar su licencia Pro Tour al cierre de 2009 y que la posibilidad de conflicto continuaba en el aire cuando se anunció el regreso de Vinokourov. Aunque algunos tuvieron sus dudas, la relación entre el kazajo y el español fue bastante cívica pero sería imposible negar que en determinando momento ambos tuvieron sus dudas. A Alberto y a Fran su hermano parece que no les gustó que el equipo los presionara con una fecha límite para tomar su decisión de cara al 2011 pero los 5 millones de euros que le pagaron por la temporada a Contador quizás merecían ese derecho para que el Astana recibiera la primera consideración del corredor español, y así no esperar hasta el último minuto como el año pasado para organizar los corredores que querían poner a disposición del corredor de Pinto.
Puede ser que Alberto se sintiera nervioso por las pifias que hubo en el equipo en cuanto a la comunicación -con los benditos radios- o que no se sintiera del todo apoyado por el equipo cuando vino la controversia de la opinión pública sobre la falla mecánica de Andy. Pero Contador pudo haber arreglado un junta cumbre para limpiar los errores y seleccionar a un team manager quizás más competente. Ahora tendrá que traducir todas sus necesidades al sistema de Bjarne Riis, quien no es del tipo de director deportivo que le de tal libertad a sus corredores como la que suponemos Alberto quiere encontrar como líder. Además a Riis le tomó muchos años lograr reunir un equipo como el que presentó este año en el Tour y que desafortunadamente se le cebó tras la fractura de clavícula de Frank Schleck. Ahora parte de ese equipo se va a formar otra escuadra con los hermanos Schleck como punta de lanza y se podrían sumar piezas importantes y de experiencia como podrían ser Stuart O’ Grady y Jens Voigt.
A Riis le costará trabajo volver a reunir a ese núcleo que pueda apoyar a Alberto como lo tenía para apoyar a Andy. El Saxo es un equipo acostumbrado a ganar en las clásicas y si por alguna razón Fabian Cancellara también decide emigrar (posiblemente al BMC), su cuota de victorias podría disminuir y con ello su ranking UCI Pro Tour. Pero no hay duda de que con la contratación de Contador, hasta el Saxo Bank decidió quedarse un año más para experimentar lo que ellos creen es la más fuerte posibilidad de tener un título en el TDF.
La amistad que tienen Alberto y Andy puede sufrir con este cambio, porque en los reinos donde los Schleck habían hecho a su legión de seguidores, ahora estará Alberto al lado del danés Riis, quien a su vez querrá ser el primer ex-ganador del TDF que repita título como manager, incluso antes de que Lance lo intente. A Frank y Andy no creemos que les regocije pensar que el uniforme que ellos defendieron por 8 y 6 años respectivamente llegue a ser ganador de la ronda gala cuando ellos ya no están. Hay que puntualizar que de cualquier manera ellos decidieron anunciar su salida del Saxo poco antes de que iniciara el Tour 2010. La nueva formación estará a cargo de Kim Andersen, ex director deportivo del mismo Saxo y primer danés en portar el maillot jaune en 1983, mucho antes de que Riis ganara el titulo en 1996. Nota al calce, en el resumen de ambos directivos aparece la palabra dopaje siendo corredores.
La llegada del mecenas Flavio Becca a escena para crear un equipo luxemburgués debe haber sido motivadora para los Schleck quienes buscan contribuir al legado que su país – a pesar de la brevedad de su territorio- le ha dado a la historia del ciclismo. Ser ellos la cara de una nueva empresa debe haber sido halagador. Es cierto que se lanzan a una empresa que aún no tiene ni nombre, pero no solo ciclistas veteranos han expresado su interés sino también jóvenes valores del pelotón como Jakob Fugslang, quien está dispuesto a correr para ellos por auténtica simpatía. Si los Schleck hacen una buena Vuelta a España con civilidad aún bajo la batuta de Bjarne, ganarán mucha vitrina porque a diferencia de Alberto habrán corrido dos grandes en el año.
Todavía falta saber el resto de la nómina del equipo luxemburgués y la final del Astana para 2011, hasta entonces se podrá hacer una evaluación de las armas que los capitanes tendrán para apoyar sus campañas. En el ciclismo los cambios son normales pero una cosa son los gregarios y otra los líderes. Exigir un título a las primeras de cambio es demasiado, aunque con Contador las circunstancias han sido de lo mas atípicas y aun así ha salido victorioso.
Ya sabemos que para ganar el Tour de manera múltiple y consecutiva se necesita un enfoque único y también mucha consistencia. Creemos que Alberto por su juventud no está para correr solo una grande por temporada y tiene para ganar más de un título en el Giro y la Vuelta. Es una incógnita hasta dónde es su objetivo unitario el Tour y su posible temor a perder en las grandes porque a Alberto solo le ha tocado ganar desde que conquistó su primer TDF en 2007.
